jueves, 2 de julio de 2009

Tiempo de Tranformaciones


Las dos últimas décadas del siglo XX fue tiempo de profundas e innovadoras transformaciones, no sólo en los procesos industriales y comerciales, sino también en los gerenciales, con la misma visión de futuro y el más sincero espíritu familiar que une y armoniza a todos los que trabajan en Alfonzo Rivas.
En estos años, se diseñó y ejecutó un ambicioso proyecto de ampliación y modernización de todos los procesos.
En 1998 se adquiere la Planta McCORMICK así como la licencia para comercializar su variada gama de productos.
Se fortalecen y amplían los negocios industriales de Indelma y Molinarca. En 2002 se instala una nueva línea de producción de hojuelas de maíz, con tecnología de punta, para extender el éxito de nuestra marca MAIZORITOS.
Y por si fuera poco, se establecen alianzas con las más prestigiosas casas licoreras, nacionales e internacionales, para comercializar sus más importantes marcas en el mercado nacional y foráneo.
También Alfonzo Rivas se expande internacionalmente penetrando los mercados de Centroamérica, el Caribe y Suramérica con sus marcas de reconocida calidad y éxito local.
A sus 99 años, Alfonzo Rivas cuenta con dos plantas industriales, una en Turmero, en el estado Aragua, y otra en La California, Caracas, un enorme Centro de Distribución en Cagua y una moderna sede ejecutiva en Caracas.
Por otro lado, se instala un nuevo proceso de automatización y transferencia tecnológica más eficiente y rápido, de los pedidos, entrega y facturación de sus productos.
Se implanta un moderno sistema de planificación de recursos empresariales, integrando todos los procesos de negocios con una misma plataforma tecnológica y, además, se actualizan los sistemas administrativos de Recursos Humanos.
Se crea la Plataforma Línea 800 y la Página Web para estrechar la comunicación con nuestros clientes y consumidores y atender sus necesidades y sugerencias.

Volver al futuro


A principios del siglo XX, Venezuela parecía detenida en el tiempo. No cesaban las revueltas intestinas ni la perturbación política. No había industrias y éramos un país de arepa y guarapo, de pulpería y bodega, de “habitantes de maíz”… y como decía Baralt: “no se sabía dónde empezaba la ciudad y terminaba el campo”.
En ese país con el pasado enfrente, nació la Maizina Americana, de la mano de Alfonzo Rivas y Compañía, y pronto se convirtió, por su calidad y versatilidad, en el alimento preferido de los hogares venezolanos y en el ingrediente insustituible de las más deliciosas recetas de la gastronomía criolla.
Desde el primer momento, su fundador, Santiago Alfonzo Rivas, le imprimió un carácter modernizador a la compañía: “La mejor tecnología para el mejor producto” fue su filosofía, que se ha mantenido desde entonces.
Con “el águila en la caja”, comenzaba un nuevo tiempo para Venezuela. El futuro estaba llegando y ya nunca más se iría.
Años después, Alfonzo Rivas lanza nuevos productos: con lo que establece una constante en la cultura de la compañía: la diversificación de sus marcas y productos.
En 1931, Alfonzo Rivas inaugura una nueva sede en la Urbanización El Conde, en el centro de Caracas, y se impulsan además nuevos procesos de producción, como el cambio de los hornos de leña por los de vapor; y se incorporan modernas tecnologías, como la automatización del llenado de las cajitas y el empaquetado.
En 1940, se integra a la compañía, Miguel Alfonzo Ravard, quien, como Ingeniero Químico, moderniza todavía más la actividad industrial de la compañía.En 1962, se inicia el traslado paulatino de la Planta desde Caracas hacia su actual sede en La Encrucijada, en el estado Aragua, lo que sirvió también para actualizar el parque tecnológico.
Al cumplir ochenta años, en 1966, Don Santiago decía que su principal aspiración seguía siendo “la esperanza, que es el mejor de los patrimonios…. ella me ha sostenido en los momentos más adversos”.